¿Qué son los Derechos sexuales?

Los derechos sexuales son parte de los derechos humanos universales y están referidos a la forma de expresión de nuestra sexualidad con placer y afectividad si así lo deseamos, estableciendo relaciones sin violencia, de respeto mutuo y equidad entre hombres y mujeres, libres de discriminación y riesgo, se centran en las diversas formas de vivir la sexualidad, y de expresarla. La sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser humano. Su desarrollo pleno depende de la satisfacción de necesidades humanas básicas como el deseo de contacto, intimidad, expresión emocional, placer, ternura y amor. La sexualidad se construye a través de la interacción entre el individuo y las estructuras sociales. El desarrollo pleno de la sexualidad es esencial para el bienestar individual, interpersonal y social. Los derechos sexuales están basados en la libertad, dignidad e igualdad inherentes a todos los seres humanos. Dado que la salud es un derecho humano fundamental, la salud sexual es el resultado de un ambiente que reconoce, respeta y ejerce estos derechos sexuales.


¿Cuáles son los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos?(pincha aquí)

Los derechos sexuales y los derechos reproductivos tienen un punto en común: hacen referencia a nuestros cuerpos, respecto a la sexualidad y reproducción. Y tomando en cuenta que nuestro cuerpo es un territorio individual, es muy importante que nuestras decisiones sean autónomas e informadas y estas sean respetadas por el Estado y las demás personas.

Todas las personas tienen determinados derechos humanos en lo que respecta a la sexualidad y la reproducción, que están relacionados con el cuerpo, las relaciones personales y la capacidad de tomar decisiones. Todas las personas tienen los mismos derechos sexuales y reproductivos. Estos derechos dimanan de salvaguardias y principios de derechos humanos ya establecidos, que reconocen no sólo instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos, sino también la Constitución y la legislación de muchos países.

Los Estados tienen la obligación de garantizar que, libremente, sin miedo, coacción, violencia ni discriminación, las personas pueden:

  • Tomar decisiones acerca de su salud, su cuerpo, su vida sexual y su identidad. Solicitar y recibir información sobre sexo, métodos anticonceptivos y servicios de salud conexos.
  • Tener acceso a educación integral sobre la sexualidad humana, la salud sexual y reproductiva, los derechos humanos y la igualdad de género.
  • Decidir si desean tener hijos y cuándo.
  • Decidir si casarse o no y qué tipo de familia formar.
  • Tener acceso a servicios exhaustivos e integrados de salud sexual y reproductiva.
  • Vivir sin miedo a sufrir una violación u otras formas de violencia, como el embarazo, el aborto, la esterilización o el matrimonio forzados y la mutilación genital femenina.

    derechos sociales y reproductivos. Punto de Información Sexual Juvenil del Ayuntamiento de San andrés y Sauces.Carta de los derechos sexuales y reproductivos

    Hablar de derechos sexuales y reproductivos implica hablar del derecho de las personas a ejercer su sexualidad y reproducción con libertad y dignidad permitiendo a cada persona disfrutar de la sexualidad de una manera sana, segura, responsable, sin miedos ni vergüenzas, según cada forma de ser, sentir o pensar.

    Esta carta ha sido adoptada por la Federación Internacional de Planificación de la Familia, de la que FPFE es miembro junto con organizaciones de otros 170 países del mundo:

    1. Derecho a la igualdad

    Todas las personas son iguales en dignidad y derechos. Todas tienen derecho al reconocimiento social y a la protección legal de sus vidas sexuales y reproductivas.

    1. Derecho a la autonomía sexual

    Todas las personas tienen derecho a expresar y manifestar sus deseos, placer, prácticas, orientación e identidad sexual; a decidir libremente sobre su vida sexual en un marco ético no discriminatorio y respetuoso con los derechos de otras personas y con la capacidad evolutiva de las y los niños.

    1. Derecho a la libertad y a la integridad corporal

    Todas las personas tienen derecho a que se respete su integridad fí sica, psíquica y moral; a vivir libres de riesgo y de cualquier violencia, intimidación o coerción que atente contra su libertad y bienestar sexual y corporal.

    1. Derecho a decidir sobre las distintas opciones reproductivas

    Todas las personas tienen derecho a adoptar decisiones relativas a su vida reproductiva, a determinar libremente si quieren o no tener hijos e hijas y, en su caso, su momento y frecuencia.

    1. Derecho a la información

    Todas las personas tienen derecho a disponer y acceder a una informa ción completa, clara y veraz, para tomar decisiones autónomas sobre su vida sexual y reproductiva y ejercer plenamente sus derechos.

    1. Derecho a la educación sexual

    Todas las personas tienen derecho a recibir una educación sexual de calidad, libre de estereotipos y prejuicios morales, ideológicos o religio sos, que favorezca una vivencia positiva y saludable de la sexualidad.

    1. Derecho a la atención y protección de la salud sexual y reproductiva

    Todas las personas tienen derecho a disfrutar del más alto nivel de salud sexual y de salud reproductiva como componentes centrales de su bienestar, y por tanto a acceder a servicios de salud que ofrezcan una atención integral y de calidad.

    1. Derecho a la privacidad y la confidencialidad

    Todas las personas tienen derecho al respeto a su privacidad e inti midad, así como confidencialidad cuando proporcionan información sobre su vida sexual y reproductiva.

    1. Derecho a optar por los diversos modos de convivencia

    Todas las personas tienen derecho a elegir la forma de convivencia que consideren más adecuada con la relación afectiva, igualitaria que hayan establecido, y a disfrutar de los mismos derechos sociales y legales.

    1. Derecho a la participación y libertad de opinión

    Todas las personas tienen derecho a ejercer la libertad de pensamiento, opinión y expresión de sus ideas, así como de asociarse para participar en el desarrollo de las políticas que determinan su bienestar sexual y reproductivo.